lunes, 5 de marzo de 2012

El hombre herido (Chereáu, 1983)

Título original: L'homme blessé
Director: Patrice Cheréau
Guionistas: Hervé Guibert y Patrice Cheréau
Elenco: Jean-Hughes Anglade, Vittorio Mezzogiorno, Lisa Kreuzer, Armin Mueller-Stahl, Annick Alane
Editor: Denise de Casabianca
Compositor: Fiorenzo Carpi


Cuando Henri camina ante este muro nocturno, de reflejo metálico, la desolación se ha impuesto por encima de los correteos por las calles y la estación de tren. Henri está en constante movimiento, así como lo suele estar el deseo; no porque el deseo sea promiscuo, sino como una geografía trazada y destrozada dentro del mismo cuerpo.

Vista como una tragedia de los cuerpos, El hombre herido posee el ritmo de las miradas, siempre buscando, siempre perdiéndose y cuando se detiene, se siente escrutado, como esas miradas de reojo en los baños públicos. Y vista como una tragedia de los cuerpos, cada beso, desesperado, amenazado, pagado, posee la cadencia del deseo; cada gesto erótico se siente como un jadeo, excitando, tanto el deseo por más como la angustia por lo que acaba, angustia por la muerte.

"Qué te hará feliz, qué te hará triste"
Y es que cuando Bosmans lleva a Henri diciéndole estas palabras, pareciera sugerir que lo que nos alegra, también nos deprime, que lo que nos excita cuando Henri finalmente se acuesta con Jean, su agitación, sus caricias más parecidas a alguien que se aferra a otro cuerpo, también nos estremece como lo hace su asfixia, dos cuerpos desnudos salvados por el odio de uno de ellos hacia los demás. Y queda por preguntarse si antes, cuando el pordiosero le pregunta a Henri si se ha enamorado y él dice que sí, se refiere a esta persecusión de Jean o si se refiere a un amor pasado; si este odio que lleva a matar a Jean, lo libera, como le advierte él mismo.